Chile y sus Carabineros
El Cuerpo de Carabineros de Chile, que pertenece a la Patria chilena, y no es “propiedad” de ningún gobierno...
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Fernando Moreno
El Cuerpo de Carabineros de Chile, que pertenece a la Patria chilena, y no es “propiedad” de ningún gobierno, ha sido, no deja ni ha dejado del ser el noble, abnegado y eficaz guardián que, frente al delito y al crimen, al desorden vandálico (u otro) ha llegado a convertirse en “blanco” y víctima de agentes criminales, no de un desorden cualquiera, sino de la “energía” ideológica, de raíz marxo-comunista- socialista, con “condimento” e impulso anarquista, que pretende cambiar radicalmente, (ex radice), y no simplemente a corregir, las bases del orden institucional chileno.
En su impulso destructor, criminal -y aún asesino-, tales agentes lógicamente se iban a enfrentar con Carabineros, es decir, con los agentes del Orden y su preservación. Sin embargo, ante tal “escenario”, y con la manifiesta agudización del conflicto (o, de la “lucha”…), pero en sentido contrario a la prudencia (y la justicia), el gobierno, con sus agentes, de arriba abajo impropiamente pasivos (si no “contemplativos”), optó -al menos de hecho- por un “dejar hacer, dejar pasar”, exactamente contrario a la firmeza prudencial y justamente requerida, ante una situación que ya -desde hacía buen tiempo- venía degradándose progresivamente. Y todo esto, ante la evidencia de un dinamismo ideológicamente subversivo, en el que ya se estaba pasando de la “manifestación” a la “rebelión”.
Ante tal “escenario” y tal degradación de la “unidad de paz”, es decir del Bien Común, difícilmente se podría enunciar un juicio tan certero como el que enunciara el eximio, indignado y noble agente del Bien; como fuera el recientemente fallecido Felipe Cubillos. ¿Y qué constata y denuncia con indignación este gran “decidor de Verdad”?: “Soy un indignado -dice- porque vimos como nuestros Carabineros evitaban saqueos en los días posteriores al terremoto, y ahora vemos cómo delincuentes escondidos entre los estudiantes, los atacan sin piedad en cada protesta”.
Y esto, sin justificar lo indebido, “ojalá -dice juntamente Felipe Cubillos- tengamos la mesura para condenar un hecho puntual, y no a una institución completa”; convertida malévolamente en “blanco” de una cierta connivencia gubernamental- “estudiantil”.
En esta “dinámica” política (y moral por consiguiente) “chilensis”, es evidente que -como lo afirma aún Felipe Cubillos- “que la derrota de la libertad no se debe a la fuerza de sus enemigos, sino que a la debilidad de sus defensores” (Magister dixit); no ajena a la torpeza y la injusticia manifiestas -por ejemplo- en la crítica del vocero ministerial, a propósito de la impecable explicación precisiva del general director de Carabineros, “aceleradamente” renunciando por la “presión” y debilidad gubernamentales.